Por Javier Martínez G. 

La crisis hídrica que afecta al país se viene arrastrando por más de una década y por lo mismo se hace necesario hacer un uso eficiente del agua. Es por ello que el Dr. Enrique Muñoz, académico de la Facultad de Ingeniería, dirige el proyecto “Software para la gestión del sistema Río-Lago Laja para la seguridad hídrica bajo la actual y futura crisis climática”, iniciativa asociada al Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef) IDeA I+D 2023 en el marco de un proyecto financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID).

El académico recordó que en el 2008 comenzó con su tesis de magíster y doctorado vinculándose con la cuenca del lago Laja y cuatro años después comenzaron a hacer estudios junto a las organizaciones de usuarios del agua para entender el funcionamiento del sistema.

La falta de agua originó realizar este proyecto, sobre todo porque se habla de una megasequía desde el 2010, la cual ha llevado a una baja en los volúmenes de agua en el lago y en los caudales de los ríos, lo que se ha traducido en una restricción en su uso respecto a lo que tradicionalmente estaban acostumbrados los actores de la cuenca.

Uso formal

“Hay un uso que no es formal dentro del Código de Aguas, que tiene relación con el turismo y el Salto del Laja es un lugar muy atractivo, pero no tiene derechos de agua o un caudal asegurado bajo esa normativa. Eso, sumado a la actual megasequía junto con los usos de hidroelectricidad y agricultura, ha traído como consecuencia que surjan conflictos entre usuarios”, explicó.

Esto llevó, dijo, a que existieran conversaciones entre ellos, instancia en que participaron las universidades, para explicarles el funcionamiento de este sistema, llegando a la conclusión inicial de que no existe el agua que el papel sostiene. “Por lo tanto, todos deberán hacer un uso racional del agua y para eso se planteó el proyecto pensado en responder a una necesidad operacional de los gestores de agua de la cuenca del lago Laja, un hito muy relevante para el país, pues de seguro marcará otros diseños en otros lugares similares”, destacó.

En el 2017 se firmó un convenio para una nueva forma de operación del lago, donde colaboraron junto a la Dirección de Obras Hidráulicas y organizaciones de usuarios, quienes no cuentan con una herramienta que les permita operar de manera eficiente el recurso. “El software busca apoyar de manera objetiva y con mayor información a quienes toman las decisiones de consumo”, remarcó el Dr. Muñoz.

Los datos, que serán recogidos por el equipo que trabaja en la iniciativa, entregarán herramientas que permitirán analizar distintos escenarios que se presenten en el año, como pronósticos de caudales, deshielos o la cantidad de agua que se proporcione en algunos meses.

Cambio climático

El proyecto dura dos años y se espera que el sistema esté operativo en el 2025, con un punto a aclarar por parte del Dr. Muñoz, y es que con el cambio climático es difícil que esta herramienta dure de por vida, sobre todo porque el software pronostica ciertos comportamientos hidrológicos, pero la forma de ajustar ese modelo es en base a las observaciones disponibles, no a cómo será el clima dentro de 50 años.

En esta iniciativa están involucrados los Canalistas del Laja, Canal Zañartu, Canal Laja Diguillín, Colbún, la Dirección de Obras Hidráulicas y la Dirección General de Aguas también está interesada en tomar parte. Además, se está gestionado la participación de Enel y de la Cámara de Turismo.

El equipo, que es dirigido por el Dr. Enrique Muñoz, lo integran el Dr. José Luis Arumí, académico de la Universidad de Concepción, y los ex estudiantes Robert Clasing, Yelena Medina y Andrés Soto.